sábado, 30 de agosto de 2014

Que dolor, que inmenso dolor...

Que dolor, que inmenso dolor...
Que dolor, que inmenso dolor
el haberle perdido sin decirle adiós;
como duele este inmenso dolor
sentirme ahogado con mi propio dolor
Ver brotar los sentimientos,
Como gotas de agua, como rayo de luz
Sin tener rumbo  en cualquier dirección.
Mas mi vida sin rumbo tengo yo, más que dolor.
Como ha podido arrancarme la vida,
A mi hijo, mi primer milagro del  amor;
Aunque aún me queden dos,
Sigo sólo apagando mis velas
en la penumbra de la noche,
En mi rincón del dolor
Y aún con la muerte,
Cual espíritu valiente seguiré
jadeando su nombre, mientras me quede voz.
Que dolor, que inmenso dolor
el haberle perdido sin decir adiós....
Que dolor, que inmenso dolor
amarle tanto y tener tan roto el corazón;
Pero como duele este maldito dolor,
que me consume a cada instante
queriendo tener su presencia y sentir su voz.

Si pudiera condensar en un cristal
mis sueños, para vivirlos como antes,
Como ayer, felices en nuestro hogar, otra vez.
En el preciso momento en que rompieron
las reglas y acallaran su voz, cuanto dolor
No le dejando volar la ilusión en el viento,
Se lo llevaron como se va el sol
Como podría arrancarme esta pena
Que  me mando la vida  perder este mi primer hijo
mi primer regalo del  amor;
mas sólo apagando mis velas

Que dolor que inmenso dolor,
el haberle perdido sin decirle adiós
En la penumbra del dolor y aún con la
muerte, cual espíritu valiente seguiré
jadeando su nombre mientras me quede voz.
Que dolor, que inmenso dolor
el haberle perdido sin decir adiós
Y que darme sola con este triste dolor.
Recordándote querido hijo.
Con mi recuerdo mejor

Francis falcón.

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