Asesinos de volantes al ruedo
Enemigos de la vida (El alcohol y la droga)
Caminaba seguro y sin pausa
nunca conoció la prisa,
ni abrazo el desasosiego,
amaba con pasión al mundo entero
y entregaba su amistad, sin más palabras.
Mientras el hombre de aquel sentir ajeno
vivía con el desprecio que tiene,
el que no ama la vida,
el que no valora nada
ni respeta la familia.
Quien nada tuvo, nada espera,
y se juega la vida en cada instante,
ante la muerte ¡Él nada pierde!
el pago nunca es su vida
Es una mano inocente. Siempre.
Nunca analizo el daño de la herida
que sin piedad se crea con la droga o bebida,
irresponsable, inhumano, e inconsciente.
Afirmando, que el controlaba
sus hechos y sus días, mientras
arrebato a su paso, tantas vidas.
Tal vez algunos no tendrían,
Nombres relevantes.
Ni fueran importantes.
Ni dueños de riquezas.
Ni un hogar con lujo.
Ni donde refugiarse.
Tal vez simplemente
hasta algunos quizás
vivieran vagando y sin cobijo.
Pero en esta angustia me pregunto
¿quién se creen?, ¿quién se sienten?,
tras la bebida, que falta de cordura
¿Que sienten? ¿quién les juzga?
Que las calles no son suyas.
Pobres ciudadanos que sus vidas exponen,
sin razón y sin concepto.
y ellos arrasan tantas vidas, sin pretexto
Mientras sigan existiendo
transita sin defensa el mundo
juzgándose la vida,
pagando sus errores
en tantos inocentes.
En el umbral de la carretera
o cruzando la calzada
viven llevándose vidas ajenas,
sin razón y sin pretexto.
Porque la vida y el mundo actual,
no buscan una solución, ¡prestos!
A estos hechos que no tienen nombre
que nunca, ni para nadie, podrá tener precio.
Se llevan la vida, de esos INOCENTES.
Que, sin defensa, ni derecho,
pagan los errores ajenos.
mientras miramos un mundo
que no guardan ni un justo recuerdo.
Y solo los nombran, como suceso,
sin dar la respuesta a un hecho
que tiene nombre y es completo.
Porque tantas veces tras un volante
existen. Asesinos de inocentes
que con el alcohol y la droga
cobran vidas ajenas, con despecho.
Y esos son asesinos sin arma de fuego.
Asesinos de volantes al ruedo.
Francis Falcón.
Enemigos de la vida (El alcohol y la droga)
Caminaba seguro y sin pausa
nunca conoció la prisa,
ni abrazo el desasosiego,
amaba con pasión al mundo entero
y entregaba su amistad, sin más palabras.
Mientras el hombre de aquel sentir ajeno
vivía con el desprecio que tiene,
el que no ama la vida,
el que no valora nada
ni respeta la familia.
Quien nada tuvo, nada espera,
y se juega la vida en cada instante,
ante la muerte ¡Él nada pierde!
el pago nunca es su vida
Es una mano inocente. Siempre.
Nunca analizo el daño de la herida
que sin piedad se crea con la droga o bebida,
irresponsable, inhumano, e inconsciente.
Afirmando, que el controlaba
sus hechos y sus días, mientras
arrebato a su paso, tantas vidas.
Tal vez algunos no tendrían,
Nombres relevantes.
Ni fueran importantes.
Ni dueños de riquezas.
Ni un hogar con lujo.
Ni donde refugiarse.
Tal vez simplemente
hasta algunos quizás
vivieran vagando y sin cobijo.
Pero en esta angustia me pregunto
¿quién se creen?, ¿quién se sienten?,
tras la bebida, que falta de cordura
¿Que sienten? ¿quién les juzga?
Que las calles no son suyas.
Pobres ciudadanos que sus vidas exponen,
sin razón y sin concepto.
y ellos arrasan tantas vidas, sin pretexto
Mientras sigan existiendo
transita sin defensa el mundo
juzgándose la vida,
pagando sus errores
en tantos inocentes.
En el umbral de la carretera
o cruzando la calzada
viven llevándose vidas ajenas,
sin razón y sin pretexto.
Porque la vida y el mundo actual,
no buscan una solución, ¡prestos!
A estos hechos que no tienen nombre
que nunca, ni para nadie, podrá tener precio.
Se llevan la vida, de esos INOCENTES.
Que, sin defensa, ni derecho,
pagan los errores ajenos.
mientras miramos un mundo
que no guardan ni un justo recuerdo.
Y solo los nombran, como suceso,
sin dar la respuesta a un hecho
que tiene nombre y es completo.
Porque tantas veces tras un volante
existen. Asesinos de inocentes
que con el alcohol y la droga
cobran vidas ajenas, con despecho.
Y esos son asesinos sin arma de fuego.
Asesinos de volantes al ruedo.
Francis Falcón.
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