Paseaban de la mano como dos enamorados,
ella siempre engrandecida por estar junto a su lado,
el miraba de reojo por los caminos andados,
sabiendo bien que tenia un marido a su costado.
La sombra se hacia un hueco al recodo del camino,
mientras ella presumía, el asistía su destino,
que sin ser novio, ni amante, al tener ella un marido,
era quien más la quería, se repetía engreído.
Le llamaba su princesa, la niña de sus caprichos,
pero era solo el amante, de amores en remolinos,
en las tardes de verano la lucia con sus amigos,
como se luce el trofeo que nunca nos ha pertenecido.
Rosas dicen que le ofrece, con amor y con cariño,
pero ella tiene un hombre, que es el padre de sus hijos.
El esposo que la mira, entre desconcierto y olvido.
¿Que tendrá para ese amante haber perdido el juicio.?
Nadie conoce la historia de los hechos acontecidos,
sola se queda en silencio de los amantes queridos,
entre paredes y recuerdos, entre pasado y olvido.
Viven solos los amantes como si fueran dos niños..
Autor--Francis Falcón..
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